JAMÁS PERMITAS
Que ningún hombre te esclavice, tu naciste para ser amada no para ser esclava.
Que tu corazón sufra en nombre del amor, amor es un acto de felicidad no de sufrimiento.
Que tus ojos derramen lágrimas por alguien que nunca te hará reír.
Que tu cuerpo sea usado, es la morada de tu espíritu, mantenlo apreciado.
Quedarte horas esperando por alguien que nunca vendrá aunque te lo tenga prometido.
Que tu nombre sea pronunciado en vano por un hombre que no vale la pena.
Jamás desperdicies tu tiempo con alguien que nunca tendrá tiempo para ti.
Que alguien te hable a gritos, si te hablan que sea con amor.
Que pasiones desenfrenadas te saquen de un mundo real para hacerte entrar en uno que nunca existió.
Que tus pies caminen en dirección de un hombre que se la pasa huyendo de ti.
Que los sueños de otros se mezclen con los tuyos haciéndolos girar en una pesadilla.
Jamás permitas que la angustia en la dependencia de un hombre haciéndote creer que tu naciste invalida y sin iniciativa.
Que el dolor de la soledad, el resentimiento, los celos y el rencor debiliten la enorme fuerza que Dios puso dentro de ti.
Perder tu dignidad de mujer... ¡¡Jamás se lo permitas a nadie!!